Para Elena en su jubilación,
con muchísimo cariño, admiración y agradecimiento.
Hay personas que nos transmiten Paz,
que brindan con nobleza su mirada
y bordan con acciones sus propósitos.
Personas que valen su peso en oro,
y más del doble de su peso en oro,
infinitamente más. Su grandeza
reside en esos pequeños gestos
que regalan a diario sin saberlo.
Esas son las personas que hacen falta,
las que mueven el mundo y lo transforman.
Se merecen lo bueno que les pase,
se merecen el cielo donde vayan,
y entre todos los dones de la vida,
se merecen vivirla a pierna suelta.