19/6/24

PERSONAS COMO TÚ

 


Para Elena en su jubilación,

con muchísimo cariño, admiración y agradecimiento.



Hay personas que nos transmiten Paz,

que brindan con nobleza su mirada

y bordan con acciones sus propósitos.


Personas que valen su peso en oro,

y más del doble de su peso en oro,

infinitamente más. Su grandeza

reside en esos pequeños gestos

que regalan a diario sin saberlo.


Esas son las personas que hacen falta,

las que mueven el mundo y lo transforman.


Se merecen lo bueno que les pase,

se merecen el cielo donde vayan,

y entre todos los dones de la vida,

se merecen vivirla a pierna suelta.



11/4/23

A ésa






A esa lágrima impotente
que se escapa silenciosa,
la que pare la injusticia,
la que escupe la tristeza,
la que explota en la certeza
de saberse vaporosa...

A esa lágrima secreta
que se queda en la mejilla,
la perdida, la ignorada,
la que no sabe ser lágrima
y se queda en un conato,
la que nunca será historia
y que casi no es consuelo...

A ésa, le rindo homenaje.

1/3/22

Usos de un puente

 


 ( Royal Gorge Bridge, Colorado)
 
 
Desde que era niña,
me fascinan los puentes,
plataforma de cambio
o salto hacia la Nada.
 
Yo nunca sentí un puente
como paso al vacío
(toqué ya muchas veces
el barro con mis manos).
 
Morir no es -a menudo- necesario
para resucitarse.
 
El puente debe usarse
para cambiar de orilla,
para dejar que el otro
alcance nuestra casa.
 
El puente es la esperanza
de ser punto de encuentro
y ver las mismas cosas
con la misma mirada.
 
El puente une distancias: nos acerca
si sabemos usarlo.

12/2/22

SOY COMO SOY

                               

(Imagen tomada de la red)


Nunca supe venderme
o nunca quise. 

Creo en la transparencia
de una mirada,
en la caricia
de una palabra 
y en la sonrisa clara
como la Llave.

Creo en el Arte, 
en el poder del Arte
para desnudar almas
y crear vínculos;
para llenar vacíos
y vaciarse.

Creo en la magia 
de ese instante que une
para una eternidad.

Aprendí tarde
de mis errores:
tantas espinas duras
disfrazadas de vida.

De todos mis fracasos
nacieron alas:
atrevidas, rebeldes,
asilvestradas,
vírgenes por prudencia,
pero invencibles.

                         © Laura Caro Pardo
                          2021

26/1/22

El secreto de mi largo matrimonio: Amor compartido (R)

 

Llega un momento en que nos volvemos
menos posesivos, menos egoístas,
menos agobiantes en nuestras relaciones...
y pensamos más en lo que quiere el otro,
en lo que echa de menos, en lo que le falta.

Necesitamos soledad y momentos para nosotros,
y cada uno se busca su parcela independiente
donde desarrolla esa parte que quedaría coja
si el yugo de la dependencia la sometiera.

Desde hace dos años, comparto a mi marido,
y soy feliz, y no me importa en absoluto.
Mis hijos me dicen que ahora se le ve más relajado,
más feliz, más completo, más satisfecho.

Cuando llegan los fines de semana, le dejo ir con ella.
Me sigue pidiendo permiso, como el primer día.
Me dice que, si se lo pido, se queda a mi lado
y yo le digo, con una gran sonrisa, que se vaya,
que la ame, que la disfrute, que sólo se vive una vez.

Le gusta exhibirla por la calle, por los pueblos cercanos.
Sabe que llama la atención su americana y bella compañera,
madura y joven, reluciente, despampanante a cada paso,
de color negro azabache y grandota, ruidosa y callada a la vez.

A veces me invita a ir con ellos, pero a eso sí me niego:
una relación de tres ya es demasiado para mí.

Cuando vuelve de sus escapadas, cada sábado, está alegre,
relajado, dulce, cariñoso...y siempre me da un beso
agradeciéndome que le ceda ese importante espacio
de tiempo para mirarla, para tocarla, para montarla...

Después... es todo mío y me derrite con su fuego.

Y la Harley se queda en el garaje una semana más,
cubierta con una sábana densa que evita las tentaciones.
..............................
No todo va a ser triste. El humor es necesario apra sobrevivir en este mundo que nos ha tocado vivir. Me apetecía compartir esta entrada. Ya sé que como poema es malísimo, pero yo le tengo cierto cariño...

2/8/21

Crisis pre-menopáusica (R)


Va pasando el tiempo y he cumplido cincuenta.
No es que me sienta vieja, es que envejezco
a causa de los golpes que me atesta la vida
que no son grandes golpes, pero son contundentes.

Vendí mi sonrisa en el teatro y ahora ya no sabe
ni siquiera fingirse cuando hace falta,
así que perdí el único arma que me convencía
para mi defensa propia y la de los míos.

Debería pensar en aquellas mujeres de la India
violadas por animales que se creen humanos,
o en temblor de una madre en Venezuela
que no puede comprar leche para su bebé.

Debería pensar quizá en esos niños de ojos grandes
en África, o en lo duro que es malmorir en Siria;
quizá debería pensar en aquellos a los que un terremoto
dejó sin nada, sin apenas lo puesto, sin recursos.

Debería visitar alguna residencia y dar la mano a un anciano
al que nadie visita, o hacer de un hospital mi vivienda por años
mientras veo mi cuerpo caminar al abismo.

Debería saber lo que es que te maten el futuro de improviso,
que te claven el puñal cuando menos lo esperas,
que te sieguen la esperanza de un plumazo
y con ella tu historia para siempre.

Debería meterme en la piel de que arriesga en patera su vida
o colarme en la cárcel más inhumana siendo inocente.

Y sentirme pequeña por las pequeñas cosas que hoy me hunden.

29/3/21

Naufragio

 

                                                                    ( Imagen de la red)


Amanece un día más en mi ventana

y un cuchillo de luz atraviesa el cristal

y me habla de pájaros y de monte,

de susurros del viento, de palabras

que se dicen las hojas en el silencio.


Amanece y yo sigo en la misma postura.

Sigo inmóvil y fría. Impasible a la magia.

Una voz me sugiere despertar de mi sueño

pero yo no consigo desafiar al letargo

del castillo lucífugo en que me he convertido.


Me hice adicta al naufragio

 y hoy me siento tormenta.


© Laura Caro Pardo

2021