( Imagen de la red)
Las batallas perdidas de antemano
saben a bitter kas muy revenido,
a horizonte habitante del naufragio
y a puñal afilado en nuestra frente.
Son batallas que vienen sin pedirlas
con la pompa de ser casi reales
a la intrépida muerte de la muerte
que espera agazapada su destino.
No debieran llamarse ya batallas
sino baches, tropiezos o finales.
© Laura Caro Pardo